De William B. Yeats para todos los millones de héroes solitarios
"Yo sé que encontraré mi suerte
En un lugar, arriba, entre las nubes
Aquél con quien me bato, yo no odio,
Aquél a quien custodio, yo no amo
Soy de Kiltartan Cross.
Y son los míos los pobres de Kiltartan.
Ningún posible fin arruinarles podría,
O tornarlos un poco más felices.
Ningún deber ni ley ordenó que luchara,
Ni hombres públicos ni vítores de multitudes.
Un solitario impulso de deleite
Me trajo a este tumulto entre las nubes
Lo pesé todo, todo fue valorado,
Los años por venir sin objeto ni aliento,
Sin objeto ni aliento los años que quedaron.
En pago de esta vida
Está bien esta muerte."
("Un piloto irlandés prevé su muerte", de William B. Yeats)
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6 comentarios
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Negrita -
Pero echa bien llave a la puerta con esa llave que te di ¿las recuerdas?
Bien, no las pierdas y asegúrate de ellas que yo llegaré en cuanto pueda.
En el anterior post te he dejado recado, que me marcho al dentista de nuevo y a hacer unas diligencias.
Este dentista me va matar por varias cosas no solo por la tortura de mis dientes sino porque siempre llego tardísimo. pero todo sea por ti. Mira las cosas que hago, si dicen que el amor es ciego pero además a mi me embrutece e impuntualiza querido, todo sea por lo que t q aparte de lo q te cuido, es cierto, bien lo has dicho antes. Y soy yo la 'adorada' de antes no temas, me ha gustado ver que no eres 'mujeriego' solo 'ligón' que ahora ya sé la diferencia, porque te persiguen las múltiples Lolas y féminas enloquecidas por los alrededores del barrio y del hogar.
Un besito, hasta ahora.
Dorada -
Deseo decirte que me ha gustado mucho lo que has escrito de la explicación de la 'Negra flor' y que además es muy cierto, tienes buenas ideas.
Pasa buenas noches y me retiro a descansar que ya se ha hecho muy tarde.
Por lo otro... espero haberte arrancado unas sonrisas :-)))y que lo hayas disfrutado.
Marian -
No sé cuántas veces he vivido entre flores negras, sin importarme el color, sin renunciar a dormir en el lecho de flores negras. He llegado, a amar esos abismos, esas flores. A no querer abandonarlos, a instalarme no ya por horas, sino por días o meses. Porque cuando llega la noche no se distingue -la noche es negra- si la flor es negra y tu tan negro en cama negra... y el cielo, techo negro con agujeros. En el abismo no importan los colores.
También a veces salgo, escalo, subo. No hay ladera sin camino de ida y vuelta. Y siempre me pregunto, ya desde arriba, si, en realidad, no busco la panorámica que me permita elegir mi nuevo valle. Sé que acabaré en un nuevo abismo.
Un cierto Amaral me enseñó que en la meseta todo se colorea y el móvil tiene cobertura. Es sorprendente saber a veces, sólo a veces, lo único que se busca es cobertura.
Negrita -
He entrado varias veces antes y cada vez que he leído el poema de Yeats me he emocionado. Ahora vuelvo y leo tu comentario y me ha suedido lo mismo.
Gracias por ser como eres, me siento muy afortunada, muchísimo de conocerte y tener la oportunidad de ingresar en este maravilloso blog que me da tanta vida.
Un beso.
P.D.
No sé a qué se deba pero desde esta mañana se ha vuelto bastante difícil el ingreso en el blog y enviar este comentario me está costando un bigote, a ver si logro que se vaya y en cuánto tiempo.
Conste que solo es en este blog, porque en los demás entro muy rápido.
Lonely Flipidor -
Todo ser que viene a este mundo tiene su negra flor o su jardín de negras flores que le abisman en lugares y estados del alma sobre los que ni siquiera su tremendo dolor que les causan nada entienden.
Y a veces, en los momentos más oscuros e inefables, todos los seres nos podemos llegar a sentir como el piloto irlandés de Yeats que prevé su muerte y que no sabe por qué lucha, para qué o para quién, aunque lucha, lucha, lucha a vida o muerte.
Pero son sólo momentos oscuros e inefables éstos en los que estos impulsos o pensamientos nos anegan el espíritu en un torbellino de dolor sin sentido y desesperanza. Porque son estos momentos oscuros e inefables los que en realidad no tienen sentido. Porque no sólo los de Kiltartan son los nuestros. Todos los seres lo son si quieren y deciden serlo. Y aunque sepamos que nuestra lucha puede ser muchas veces solitaria lo cierto es que no hay guerra. Y es gente muy querida por ti, y que te quiere, quien espera de todo corazón tu victoria.
Incluso si se fuere un mendigo abandonado en los abismos de la indiferencia y al que ningún otro ser le entregara nunca el calor con nombre y rostro que todo ser precisa. Incluso si se es un piloto solitario que ha hecho tabla rasa con su pasado y su futuro, con su vida y su muerte. Incluso en estos casos tan extremos por excelencia, algo muy resuelto e indestructible dentro de ellos no para nunca de decirles, muy al oido del alma, que ellos tampoco están solos y nunca podrán estarlo.