Si yo me enfado
Hoy he pasado por La Marea del periodista y escritor Antonio Pérez Henares y la brutal experiencia me ha dejado, para qué nos vamos a engañar, la víscera muy altiva y el espíritu muy desencajado. Sé que otros prefirirían mejor decir el "espíritu enajenado", porque les suena muy parecido y les rima mejor con la enemistad estulta y tan asquerosilla que me profesan, y que yo no quiero ser ahora tan desalmado como para no dejar aquí constancia de todo el agradecimiento que siento que tanto les debo.
El hilo de marras del blogger en cuestión me ha irritado en lo más profundo, insisto. Y además reitero. Qué quieren qué les diga. Si lo sé no lo leo. ¡Menuda forma de empezar mis lecturas del día! ¿Para esto jugué yo durante meses enteros tan duro hace veinte años para ganarme un sueldo Nescafé para toda la vida? ¿Para luego proporcionarme a mí mismo estos disgustos inexcusables en mi tiempo libre e ir por la vida de torpe y auténtico canelo? ¿Para esto envié yo a la marca de café mencionada más de veinte envoltorios de sus tarros y con sobres y sellos que corrían, como todos los demás gastos, de mi cuenta?
A lo que iba. Parece que ahora el afamado periodista, escritor y blogger se ha puesto de pronto muy tierno y le ha dado por una especie de ñoñera mariconería en plan Mr. Disney, o algo demasiado parecido. Así empezó Antonio Gala, con su Troylo y las lágrimas de Boabdil y tal, y ha acabado por salirle del armario del alma el mahometano liberticida y repulsivo, que por lo visto llevaba latente muy dentro, aunque bastante dormido, pero que se le despertó muy envalentonado con la rentrée sanguinaria y carnicera de sus supuestos colegas de morerías y Alianza de Civilizaciones del 11-M.
El caso es que el citado blogger apareció por su blog a mediados de agosto bastante sonado por una sobredosis de westers y guisos de caracoles pirenáicos, disparando hasta contra el canario de la jaula, la pestaña de la melindrosa, las moscas del nabo del caballo y todo lo que se movía y aun lo que se estaba quieto, e, incluso, muy atemorizado y escondido. Pero ahora el pusilánime y cursi converso, como les decía, nos viene con que enfadarse es malo para el colesterol y además produce muchos escozores inútiles y arrugas aun más innecesarias y ningún royalty. Acabáramos. Nos encontramos con el caso de que quien fue iracundo fustigador, con látigo y borrador automático en mano, de los mercaderes de su propio nick en el templo sagrado de su blog, ahora ha amanecido como una suerte de preclaro apóstol y promotor de la paz de los blogs y de la Alianza de las Mejores Intenciones. Así empezó a amagar ZP con su discurso de la Paz y de milagro no acabó de un bombazo de realidad fuera de Palacio y con las patitas en la calle, o en su casoplón en las marismas nudistas de Cádiz, por defecto. Pero está visto que hay quien no aprende en cabeza ajena, aunque ésta sea de alcornoque. Porque además, niego la mayor de que este asunto del enfado sea de naturaleza tan democrática y fácil de elucidar y clasificar como pretenden algunos. Porque, amigos, hay enfados que son para echarles de comer aparte. O para que coman todos del mismo plato. Yo me entiendo. Y espero que todos ustedes también entiendan al leer las siguientes líneas y en la medida de sus capacidades humanas e intelectivas, que doy por hecho que no deben ser demasiado elevadas, teniendo en cuenta de las que son merecedoras mi modesta escritura.
Pues verán, cuando yo me enfado, lo normal es que todas la mujeres, y aun el personal más macho, y, por supuesto, también el neutro, se aneguen en un extraño éxtasis de perversión jovial, que les impide renunciar a mi presencia a partir de mis primeras exteriorizaciones de malestar y rechazo, hasta tal punto que ni siquiera esta posibilidad de olvidarse por un momento de mi persona se les pasa un instante por sus cabezas.
Es un hecho evidente, y mil y una veces contrastado, que mi mala leche en carne mortal y en vivo y directo es siempre sobrenatural manantial, o imán, si ustedes lo prefieren, de todos los más asilvestrados y exquisitos placeres animales de mi entorno más inmediato. Esta es mi tragedia biográfica por excelencia, y desde nacimiento, que ya reventó en risas el hospital en el que tuvo lugar mi alumbramiento, ante la visión de mis primeros terrores, moratones y zozobradas y ateridas lágrimas.
Estos terribles enfados, en los que irrumpe tan a menudo mi espantoso carácter, producen glamourosa y cariñosa hilaridad hasta en los mendigos más cadavéricos y desauhuciados, que no reciben, ni esperan ya, ninguna atención de Asuntos Sociales, el barrendero del barrio o del mismo demonio, y que sus memorias han olvidado por completo cuándo se produjo su última risa, y hasta en qué consistía semejante milagro inexplicable y que no venía nada a cuento en sus misérrimas y dolientes vidas.
Esta misma horrible tonalidad y textura de mi mala leche son también muy del gusto de los criminales y genocidas más sanguinarios y más acérrimamente enemigos de mi raza, mi cultura y mi estilo de vida. De hecho, soy víctima rutinaria de sus regalos y presentes, y de toda suerte de homenajes y concesiones que sólo están en la mano de poder proporcionarlos personajes de gran talla e importancia universal, como el Sr. Slim, Mr. Gates... y los asesinos y desfalcadores más prestigiosos del mundo. Para mí, como ustedes comprenderán, esta situación me ocasiona no pocos transtornos en mi fe en la maldad humana, con las correspondientes desagradables sorpresas y aturdimientos continuos que me ocasiona, cuando más desprevenido o despistado estoy , la gente honrada y decente, por así decir, de toda la vida, que nunca sabes bien qué es lo que te pretende vender o a qué aspira endosándote su normalita y corrientucha mercancía. Porque si no crees en el Mal, o se resiente tu fe en éste más de la cuenta, lo cierto es que en esta vida pintas poco, o estás siempre a punto de no pintar nada, porque el Mal siempre puede estar dentro y oculto en un respetable registrador de la propiedad, o de un lector a primera vista muy halagador y obsequioso, por ejemplo, quien puede tratarse del más siniestro de los desaprensivos. Es muy triste no creer en el Mal, porque luego, si se te presenta por sorpresa, ya digo, a lo mejor ya no tiene remedio, que el Mal suele ser muy rencoroso y no le gusta nada que le ninguneen.
Como es también natural y lógico, estos problemas cotidianos para mi percepción y supervivencia, que me ocasionan con su generosidad y desprendimiento hacia mí estos mafiosos, quienes suelen ser los seguidores más fieles y adictos a mi mala leche, se los he recriminado a los interesados en multitud de ocasiones. Pero, claro, el roce ha hecho ya mucho cariño entre nosotros, y suelen responderme con gracietas del tenor de "¿y quién eres tú para recriminar nada a unos criminales? No nos habías dicho que eras magistrado..." Y, logicamente, me dejan desarmado. Aparte de que no me permiten llevarlas, las armas, digo, porque una cosa es que disfruten como locos con mis enfados y cabreos y otra que pueda disponer yo en esos momentos de un arma al lado. Vamos, que no son tontos. Y, por lo demás, ni siquiera he hecho Derecho, o sea, que no puedo presentarme a unas oposiciones a magistrado. Y así con todo. Siempre me pillan. Me dan unos cortes que me dejan mudo. Menos mal que poco a poco reacciono y se me empieza a hervir mi mala leche, pero que cosa mala, oigan. Ya lo creo que hacen bien... En lo de no permitirme que lleve armas en mis galas y artisteos, me refiero. Son unos apasionados admiradores de mi autencidad y mi genio, les pirra, de acuerdo, pero, como es lógico, siempre hay que poner en todo un orden y unas mínimas normas de juego. Y además, ese tipo de triquñuelas dialécticas y otras burlas y chanzas, que aquí no voy a explicitar más por un mínimo de decoro personal y ciudadano que aun conservo, esos rutinarios cachondeos, decía, demasiado amistosos para mi gusto, la verdad, y con los que tanto gustan en aturdirme con salvaje escarnio para ver si consiguen enervarme aun más por todo lo alto, de sobra saben los condenados que suelen tener muchísimo éxito y que acaban por poner siempre, ya les digo, toda mi mala leche a hervir y al borde del disparadero. Y es cierto que les monto cada vez un número más original, violento y terrible. Yo mismo me sorprendo en muchas ocasiones con la amplitud y versatilidad de mis registros del cabreo. Pero todo al final siempre acaba, y como es de rigor, con las recompensas de sus presentes y obsequios, cada vez de mayor lujo y despendolado dispendio.
Pero, como decía, el público, en general, suele entregarse a una afición desmedida a mi mala uva y despreciable talante, que en la mayor parte de los casos bordea lo adictivo o patológico. Incluso he llegado a plantearme alguna vez si no debería crear un holding de clínicas de desintoxicación con los ahorros que he hecho gracias al generoso derroche que hacen conmidgo mis fans mafiosos, para mis admiradores más enfermos y deteriorados. No en vano hay quienes han llegado a llamarme el Velázquez del improperio o el Antonio López de la descalificación y la adjetivación insultiva. Donde pongo el insulto pongo la diana. Y es que sé hacerlos a medida, por encargo, listos para servir o para llevarse para casa. Y esto el público más sensible y cultivado lo valora mucho y suele quedarse, por la emoción y el espectáculo en sí, demudado. En otras palabras, mi palabra es la muerte y a la vez la redención. El placer sutil que proporciona la venenosa melodía de mis descalificaciones e improperios, o, para resumir, mi corrosiva y deletérea mala baba, acaba siempre por alumbrar un Fénix de egos renovados y revitalizados en mis víctimas, que jamás ha habido relación íntima, de parentesco directo o profesional de la Seguridad Social que haya podido proporcionárselo, según su propios testimonios y confesiones, que son la mayoría de mis entusiastas seguidores quienes viven con la convicción profunda de que nunca vivirán tanto como para poder agradecérmelo lo suficiente, según sus propias palabras.
En multitud de ocasiones estos acosos de irreprimible y empalagosa simpatía a que me somete el público más inmediato y cercano que es víctima directa de mi tremebunda cólera y peor mala leche, decía, me impelen a recurrir a la fuerza física para intentar escabullirme de sus repugnantes y atosigadores hechizos y adoraciones en los que mi despreciable falta de compostura y educación los deja inmersos, ya que se muestran cada vez más y más encendidos e insoportables a medida que aumenta también mi cabreo y sentimiento de rechazo. De este modo, y cuando me siento ya muy acorralado y no me queda otra salida, no escatimo la patada ocular ni el puñetazo genital directo y resuelto, ni hago tampoco ascos y melindres a los restos de cueros cabelludos y de otras partes de la anatomía de mis perseguidores que puedan quedarse apresados entre mis uñas y que me chupo con mucha delectación en cuanto me pongo un poco a salvo o me dan un respiro. No puedo permitírmelo. El andar con economías y ahorros con mi violentísimo instinto de autodefensa, digo. Mis más entusiastas admiradores me lo reclaman, mi espantoso talante antisocial, digo, y cada vez con más siniestra admiración y horrible despligue de simpatía, según se van desarrollando los infernales hechos. Lo más frecuente es que toda esa jauría de abducidos y deglutidores fanáticos de mi mala baba me sometan a una persecución sin tregua por la calle. Por ejemplo, los martes, jueves y viernes, Carrera de San Jerónimo abajo, porque esos días almuerzo en la zona. Entonces me persigue a lo largo de toda esta calle todo ese estridente y horrísono zumbido de pisadas ansiosas, desquiciadas carcajadas, que se interrumpen, de cuando en cuando, sólo para expeler sobre mis carnes desasogadas, a las que a duras penas les llega ya el aliento, sus tenebrosas y malsanas obscenidades, que gracias a Dios, las profieren tan jadeantes que apenas se las entiende nada. Pero lo que se entiende es ignominioso, terrible, inefable ... La carrera suele acabar en la Plaza de Neptuno si el semáforo está en rojo. Si está en verde, o consigo hacerme un hueco entre los veloces coches que pasan, puede prolongarse hasta enfrente de la emisora La Cope o la Bolsa Madrileña, e incluso, si ese día el pánico y las calorías me alcanzan lo suficiente, hasta el mismísimo Parque de El Retiro.
Menos mal que al final, cuando ya me dan todos alcance y no tengo ninguna posibilidad de escapatoria, los ánimos van sosegándose poco a poco y de forma natural, y, sin otra solución de continuidad, solemos acabar tuteándonos e intimando de forma muy dicharachera, excitada y tumultuosa. De suerte que todos acabamos, más pronto o más tardee, y de la forma lo más prolongada y demorada posible, en una especie de frenética marea multiorgásmica o rompeolas de éxatsis sensual tumultuario. E , incluso, en más de una ocasión, también se produjo alguna exhalación mariana de alguna novicia que le pilló todo con muy poco hábito en el asunto y como demasiado a trasmano. Y a la postre todo concluye con fraternales achuchones y algún intercambio de comentarios sobre el entretenido suceso o de números de telefono. También suele ocurrir que alguien pretenda volver a mosquearme por sorpresa, por ver si puede prenderse de nuevo esa espiral de mala leche tan mía y el consiguiente entregado fervor lascivo y mitómano, que por parte de mis más fieles seguidores les corresponde responderme. Pero para entonces yo ya soy sólo un pedazo de pan sonriente, que sabe que podrá irse por fin a su casa de forma normal y tranquila. Podrían meterme un cigarrillo encendido en el zapato o decirme que la tengo demasiado pequeña para el tamaño de mis orejas... Ya nadie podría sacarme en las próximas doce horas de mi feliz estado de saludable estulticia pasajera y gentil abandono.
Y decía que menos mal que suelen acabar de forma tan pacífica y placentera estos malentendidos y conflictividaes tan asiduas en las que nos vemos, cada dos por tres, involucrados los mayores degustadores espontáneos de mis cabreos y enfados y mi acosada y perseguida persona, que no les soporta, insisto, y siempre creo morirme en un infarto de malas leches hervidas en las fases previas de sus contumaces persecuciones de jauría humana enloquecida. Menos mal, porque lo que es la Policía Municipal y la Autonómica, en su mayor parte al menos, están al cabo de la calle sobre todos estos escándalos callejeros míos, aunque no están muy por la labor de ponerles remedio precisamente. Para ser más claro, en su mayoría todos los miembros de la Policía y de los agentes del orden están mucho más pendientes de si otean en el horizonte urbano ese revuelo y polvareda inefables que levantas a su paso siempre mis escándalos mundanos, para apuntarse, por supuesto, ellos los primeros a la juerga, que siempre la anteponen a perseguir y odiar el delito y atender y amar al delincuente, que es el cometido primordial y obligado de su esquizofrénico oficio. No en vano suelen ser las pivas más despampanantes quienes más me soliviantan y enfurecen al percibir sus impertinencias cretinas y altiveces caprichosas y sin cuento, y que luego, por consiguiente, caen más rendidas en número y color ante la evidencia irresistible y palamaria de mi pésimo talante y terrorífica mala baba. Pero en fin, también hay catedráticas, magistradas, médicos, ejemplares madres y amas de casa, maduras, jóvenes veinteañeras, treintañeras, cuarentañeras, cincuentañeras... En fin, todo tiene un sesgo muy popular y democrático. El índice de criminalidad y de inseguridad ciudadana en Madrid como consecuencia de esta desidia laboral de las fuerzas del orden, en ocasiones, y como era de esperar, y desde hace unos años, es sencillamente tercermundista, estruendoso, insufrible. Pero yo ya tengo bastante con los cargos de conciencia que me causan tanto regalo y obsequiosidad que me brindan las mafias más importantes, y de todo origen geográfico, instaladas en este momento en toda España, como para preocuparme ahora de la inseguridad ciudadana que pueda crear la mala milk que me producen mis espontáneos fanáticos y promotres de ésta, en consecuencia. Se ha corrido la voz de lo mío entre todos los criminales y nazionalistas genocidas de mayor influencia política y económica en España, y corre el dinero negro a raudales, que para eso tienen tanto y lo sacan y lo mueven con tanto brío y facilidad de un banco a otro y entre las distintas instituciones estatales y de una caja de ahorra a otra, y como dice el refrán, porque me tiro a una tonadillera y me compro a un alcalde y vuelvo a tirar porque me toca. En definitiva, yo soy para mis padrinos mafiosos como el Frank Sinatra del cabreo y la mala hostia, que me protejen y tutelan, y que, a falta de casino en Las Vegas, me abonan una multimillonaria nómina todos los meses por mis esporádicos escándalos callejeros. Aparte de otras recepciones privadas contra mi voluntad, y, por tanto, con toda mi mala leche del mundo, a que me someten, claro, que para eso son los jefes. A mí esto, que sean mis jefes, digo, me indigna y cabrea cada vez más, por lo que me temo que nuestro contrato será eterno, o si no se es creyente, al menos demasiado largo. Sin embargo, y por otra parte, a mi favor tengo que decir que en mis algaradas espontáneas, aparte de agentes de la autoridad siempre participa cierto número de delincuentes, de no demasiada alta estofa, que todo hay que decirlo, lo cual, que mientras se distraen y disfrutan con mis espectaculares enfados y las grandes ventajas a nivel interrelacional que, a la postre, estos les proporcionan, no están delinquiendo. Y por si fuera poca mi beneficiosa influencia en estos seres, un tanto asociales y descarríados, además suelen permanecer, tras la espectacular e inolvidable experiencia, con muy buen ánimo y no peor predisposición gentil y ciudadana durante cierto tiempo. Total, que ya están apalabrando mis padrinos mafiosos con el alcalde algún reconocimiento o condecoración para compensarme de alguna forma por los beneficios que ocasionan a la ciudad mis actividades y el despliegue de mi espantosa mala leche natural, y por ver, claro, si una vez ya institucionalizada y con registro legal, mi magistral mala baba, digo, obtienen algún permiso para explotarla en ámbitos privados y de alto standing previamente concertados.
Y ahora quizás ustedes se pregunten por qué en un principio de mi relato valoraba tanto mis discretos ingresos de un sueldo Nescafé de por vida, al lado de los multimillonarios emolumentos que me proporciona la feliz y entusiasta adicción de los mafiosos a mi mala leche insoportable. Pues bien, confieso que no estaba en mis intenciones abrirles en este post hasta este punto mi corazón y los secretos mejor guardados de mi vida privada. Pero ahora que lo he hecho no me arrepiento, y no voy a escatimar ninguna exteriorización de mi legítimo orgullo, tanto por mi premio de un sueldo para toda la vida, como por la enorme aceptación social que goza entre el público en general el reconocido magisterio y maestría de mis enfados. Y de la felicidad que aporta mi mala hostia y mis insoportables cabreos a la sociedad, no hablo. Las proporciones cuantitativas, y su cualidad entrañable y espiritual, les confieso que sencillamente me emocionan.
Para UN HOGAR EN LOS ABISMOS,
Lonely Flipidor.
52 comentarios
Tu Lola -
He estado trabajando mucho y con muchas preocupaciones, no había visto que habías subido otras entradas. Charada ha estado muy pendiente pero es buena amiga aunque reconozco que me pongo muy celosa.
No me castigues porque no me lo merezco te lo aseguro.
Siempre estoy pendiente de saber de ti, no te preocupes de más ni te enfades porque no estarías en el camino correcto te lo aseguro pudieras arrepentirte un día, te aseguro que soy muy buena y mis pensamientos solo se encuentran en tu persona, quizá quieres que me muera con tanta preocupación.
No soy buena escribiendo lo sabes. Con respecto al Wyoming me pregunto si es que solamente pensabas decírmelo una vez, qué preocupación tienes al respecto.
Te repito me llevas mucha ventaja, pero esto es muy duro, sobre todo en mi situación y debes de ser comprensivo, estaré de nuevo pendiente, pero te advierto que si un día te enteras que enfermo no dudes que ha sido por que no puedo acercarme hasta la orilla cuando yo lo deseo.
Cada mañana amanezco abriendo los ojos hacia una docena de fotografías tuyas sonriéndoles y lanzándoles todo el montón de frases amorosas, cual chalada voy camino de ello, sin verte jamás, ya se que tu tampoco, pero me llevas mucha ventaja, estás rodeado de muchísima gente que te apoya y tienes todos los medios económicos contigo yo solo tengo mi amor y me basta, amor que no comparto con nadie, y todo lo que digo es verdad.
Solo te queda creerlo o no, pero si estuvieras a mi lado sabrías que nunca tu cariño lo comparto con nadie y que tus desesperaciones no tienen sentido.
Sigo en el lugar de siempre y con el mismo cariño de siempre, pero ahora me preocupas.
Hace un par de días no pude entrar, no se lo qué sucede pero no me hagas más daño por favor porque no me lo merezco.
Solo sé que te amo y que sigo buscándote en todos los cuadernos de notas.
Tu poder y tu fuerza jamás llegarán a mi nivel, si deseas puedes aplastarme cuando quieras y también borrar todos los comentarios que desees y todas tus frases bonitas que me dedicaste simplemente porque temes a que yo haya estado mintiendo pero antes de hacerlo entérate que JAMÁS lo haría porque me tienes atada y si no llego pronto a esa orilla me terminarás volviendo loca.
Incondicionalmente te amo, pero incomprensiblemente me atuzas porque sabes que te amo, solo por amarte me atuzas y me zurras. Mi castigo es amarte incondicionalmente solo a tí.
Tu Lola.
Charada -
Estimado Lonely Flipidor: Llevo 3 días, (no es broma) intentando escribir y me ha sido imposible, no he podido entrar más que a leer y además solo a algunos blogs y con relativa suerte y no he podido escribir (más que algún mensajito en 'iutuv') Así que en este preciso momento me dirigía a un experto cuando decidí pasarme por este otro lugar a ver si se trataba de la conexión del sitio. Me alegra comprobar que era problema de la otra conexión. Vuelta y tiempo que me ahorro y dinero. Así que como todo lo he hecho en medio de varias diligencias urgentes, será hasta más tarde que vuelva a ingresar y le escriba contándole de Sulola, estimado Lonely, porque por lo que leo no ha aparecido por estos lares desde que yo lo hice la última vez. Quizá le haya sucedido lo mismo que a mí. Pero lo que más me alegra es que a usted le esté yendo fenomenalmente y sobre todo que haya dormido como un 'bebè' merced a mi última noticia que por cierto lo leí el mismo día y en el momento que le estaba enviando mi mensaje me quedé sin la conexión. Llevo unos días un poco desastrosos, pero voy al día como puedo, me siento como en una 'maratòn'. Pero todo está caminando Mr. Flipi. A Sulola la he visto esta mañana y estuvimos conversando de usted, y ella me agradeció el que yo le haya contado de su situación, y me informó que hoy más tarde también se daría unos pasitos por este blog que le encanta -me dijo- y que echa de menos cuando no acude porque es como si le faltara el agua. Lo mismo me sucede a mi, qué curioso.
Al igual que Sulola estaré por aquí en unas horas de nuevo. Reciba un gran beso de mi parte (con el permiso de Sulola que no se lo he pedido, pero aún así: 'compermiso') :)
P.D AH! y aprovecho para enviarle otro beso de parte de Sulola(jeje, salí ganando, que dos besos a Mr. Flipi es algo estupendo, hoy seré yo quien duerma como una bebé, jeje. Felíz y tranquila).
Lonely Flipidor -
Y lo del fútbol si no se te pega todo el rato el balón al pie lo mejor es pasar del tema cuanto antes, que luego hay que soportar a mucho gilipollas y figurín con el cerebro aplanado. Y espero que lo de los cromos de fútbol sea también muy pasajero, por lo de los escudos y tal, que los escudos molan un montón, que no hay nada como hacer sangre y muertos por un emblema y un ideal bien organizados. Yo de pequeño en el patio del colegio solía
ser muy rarito y reposado, y si alguien se metía conmigo le soltaba unas hostias y solucionado. Luego la fama hizo el resto. No se atrevían a tocarme ni los que pesaban el doble que yo. Miraban y miraban, pero al final no se atrevían porque torres más altas habían caído y el ridículo podía ser superior. Así es la vida, querida, un asunto psicológico y nada más. En el barrio no. En el barrio me inventé el eterno dinamismo y la guerra mundial. A veces le llevaba a la familia un par de horas el poderme encontrar.
Esta noche, creo, me pondré a escribir en el blog mi nueva historia. El proceso es bastante cabreante: primero la escribo en el procesador de textos, luego la tengo que pasar a boli porque tengo la impresona absolutamente transtornada y paso de psicoanalizarla. Y después, por supuesto, de la escritura a boli tengo que pasarla al blog. ¿Esto es vida? Pues quizás, pero me gustaría que hubiera un programa para pasar directamente mi texto del procesador al blog.
En fin, la historia es de otro estilo, pero que no cunda el pánico ni haya demasiada preocupación, que volveré al anterior, con carreras, persecuciones y todo, que yo creo que me ha influenciado mucho Charlot.
Lola -
Igual que me gusta leer para descansar, y no para aprender, tampoco acostumbro a escribir para que me lean, sino para sacar lo malo o bueno que hay en mí y mirarlo desde lejos. Escribir es para mí una forma de conocer mi propia vida y reconstruirla, y no creo que eso sea muy interesante para nadie. Hace muy muy poco que participo en blogs y demás, y no pienso mucho en las personas que hay detrás y el daño o bien que pueden hacer mis palabras. Cuando releo la discusión, no me gusta cómo me veo, y por eso te pido un millón trescientos mil perdones.
Ya no pones tu enlace cuando hablas, así que a lo mejor, deberías borrar los comentarios que te perjudiquen (si es que puedes, supongo que sí), o empezar un nuevo blog y prohibirme la entrada. Lo único que puedo decir en mi defensa es que estaba enfadada, probablemente por el hambre que paso en el régimen de adelgazamiento.
Decía que escribo para expulsar mis demonios, pero esta mañana he expulsado un angelito. He descrito a mi hijo pequeño y se lo he leído. Le ha debido gustar, pues luego les decía a unos niños: "si queréis saber cómo soy, decidle a mi madre que me describa". Ahí va la descripción. Espero no aburrirte.
Mi niño Mario tiene siete años. Es el típico chavalín al que le han crecido los incisivos y las orejas antes que el resto de la cabeza. Está delgado, pero se sube a los columpios más altos. Su tía le cortó ayer el pelo al dos, y el pobre parece un interno de Paracuellos.
Mi niño sonríe mucho con los ojos. Eso sí que son sonrisas. Tiene los ojos grandes, de color castaño, castaño, del color de la piel de la castaña. Pero lo que más me gusta de él son sus pies. Cuando le daba el pecho me quedaba dormida acariciando sus deditos, apretados como guisantes en su vaina. Ahora me derrito cuando los veo salir de las sandalias.
Cuando vamos a la calle siempre sale corriendo del portal, como liebre delante de un galgo. La mayoría de las veces le tengo que llamar a voces, porque suele equivocarse de dirección. Es un niño muy trasto, que hasta cuando le siento a ver los dibujos se entretiene desatornillando todo lo que pilla.
Hasta ahora no le habían interesado los deportes, pero me ha pedido que le apunte a kárate y a fútbol. Quiere ir a kárate porque va su amigo Rodri, un negrito de Benin que le saca la cabeza. Lo del fútbol es reciente. No le gusta jugar, porque le empujan y no le pasan el balón, pero se ha enterado por mí de que los futbolistas ganan mucho dinero. Ha empezado la colección de la Liga 07-08 y se pone muy contento cuando le salen escudos. Quiere ir al parque con sus repes: Sile, sile, sile, sile, ¡Nole!
A Mario no le gusta nada, pero nada, hacer deberes. Siempre tengo que estar inventando recompensas. Lo que le gusta es que yo le lea cuentos. Su preferido ha sido siempre Narices, buhitos y volcanes, que es un libro de poesía.
Todos los días me hace reír. Los niños de siete años te sorprenden muchas veces con expresiones de adulto que resultan muy graciosas con su tamaño. Mi niño es muy simpático. Saluda a los desconocidos, sobre todo a los motoristas cuando cruzamos, y a los policías, que le llaman mucho la atención.
Es una gran suerte vivir con un pequeño así, que me acecha por la espalda para darme un beso fugaz en el cogote y decirme ¡te quiero, mami!
Lonely Flipidor -
yo tampoco entiendo gran cosa de lo que pasa, y muchas veces no sé qué pensar, o qué debiera pensar. Pero una cosa sí me tengo clara, y es que me alegro mucho de que hayas parado por aquí desde el primer día.
Pero, por favor, deja ya esas iluminaciones del tipo de "que te fstidia que te digan lo que te fastida." Sencillamente hay gente a la que le gustaría tanto estar por encima de mí, o superarme, o hacerme daño, sin más, que atacan de la forma que creen que podrán mejor conseguirlo. No hay más misterio ni más cera que la que arde. Pero te concedo que no me gusta que me hablen de cosas desagradables, o que pretendan ser equidistantes con quienes no tienen razón alguna y conmigo. ¿Tú qué crees, por ej., que haría un cocinero si hubiese uno entre cincuenta, cien o mil clientes que le dijeran que su menú es indigerible? Pues eso, que tienen el estómago fatal y que eso no es asunto suyo, sino del médico. O también que podría tratarse de gourmets demasiado conservadores que se han dejado llevar demasiado por la primera impresión y el momento. O la mala baba, claro. Y de su voluntad y mala fe mejor no hablemos.
Pues eso, bella Lola, que no te preocupes por nada.
Yo -
Charada -
Cuídese y le avisaré a Suly que se pase a hacerle una visita que las noches se van como los días de igual a igual. Ya mañana será otro día que culpa de las telas se recogerán los petrodolls para comprar las cartillas de conexión en FM directo y sin tanto ajetreo de vueltas Such as life in the tropic, my deerrain little red nose raindeer.
Anónimo -
Le escribo estas letras porque estoy preocupadísima por una amiga mía, que lleva dos días pálida y ojerosa. No habla con nadie, pero después de mucho insistir, me ha contado que ha discutido con usted. Y digo yo que qué le importará a ella un señor del que no conoce ni su nombre, ni su cara, ni su voz. Además, doy fe de que tiene un esposo que la adora, y ella a él.
No sé qué le estará pasando . Hay que ver cómo están las cabezas. Asegura que se siente muy mal porque sólo le entiende a usted cuando le lee a la segunda, y claro, así no hay quien dialogue. Y le ha entrado un complejo de sandía con patas que pa qué.
Señor Lonely: ella no le va a reclamar, porque tiene mucha dignidad. Dedíquele usted unas palabras amables, a ver si así deja de lloriquear por los rincones y se pone a trabajar, que tiene que diseñar una imagen corporativa y una carátula, y ni sabe por dónde empezar.
Seguro que después se sentirá mejor, pues mi amiga opina que usted tampoco debe andar muy católico. Ella dice que se ha pasado un poco, pero que usted estaba matando moscas a cañonazos.
El lunes y el martes no se va a conectar, pues se va de viaje, pero déjele algo escrito, se lo ruego. Y sea usted bueno, en el sentido machadiano del término, a ver si mi amiga recupera el color, que es muy mona, ella.
No me explico para qué le necesita, la verdad. Yo le advierto que no se fíe, que hay mucho sinverguenza suelto, pero nada, que no se anima.
P.D. -
Yo otra vez -
Por cierto, en 1991 me tomé el último whisky on the rocks. Nueve meses más tarde encontré un tesoro. Ahora soy rica. Hasta libro de tesoros numerosos tengo.
Adios, Flipidor.
Lola -
También te fastidia que te diga lo que te fastidia, y
Dios me libre de ser Lucía Echebarría.
No, Flipidor. Soy una tipa normal. Una maruja de la vida. Lo siento por ti.
Y llegados a este punto, podrías empezar de nuevo, con otro titular, a ver si lo nuestro se arregla o me quedo en silencio para siempre.
Lonely Flipidor -
Y tú también, Lola. Me decepciona mucho que tú también desvaríes tanto, cuando dices que me jode mucho que me digan que no se me entiende. Mi sentido de la solidaridad con el ser humano es notable, en general, pero no llega a tanto. Comprendo y acepto, (según los casos, que tampoco hay que generalizar demasiado) los designios de Dios o el Destino, o Mister X, o como lo quieran llamar.. Quien no tiene dientes no puede comer nueces y a quien no le den sus achaques de dislexia para un par de frases subordinadas no creo que deba ser mi carga personal.
Sí me jode mucho, a veces, la suciedad humana, en general (la importante, la de verdad, no esa de las supuestas boñigas de mis comas y demás maledicencias tontas y tal.) Esta suciedad, en apariencia intrínseca a algunos ejemplares de la especie, sí puede producirme algún tipo de pasajera lipotimia o alergia, pero en cuanto le doy otra vuelta de tuerca a mi barroco ya se me ha pasado.
No, querida, me puede joder el mal, la enfermedad, la miseria... en el mundo, pero siempre hasta cierto punto, que este mundo no lo he inventado yo. Aunque a veces lo parezca, tengo que reconocer.
Tampoco es que me joda mucho que se me acuse de haber cumplido 60 años o más de edad, simplemente tampoco me parece de muy buen gusto. Y además creo que porque alguien diga esto no puedo llevarle a los tribunales. O sea, que encima carece de mayor emoción.
Pues nada, sigo perdido en las infinitas calles de Madrid, así que la próxima historia tendrá que esperar.
Por cierto, Lola, mi Lola, la bella Lola, ¿no serás una plagiadora del tres al cuarto, tú? Porque lo que a mí me jode mucho, ya te lo adelanto, es que me robe ideas o me plagie alguien que no esté todavía consgrado o ni siquiera haya ganado el Planeta. Esto, ya te adelanto, lo llevo fatal. No sabes la alegría que me darías si me dijeses que eres Lucía Echevarría. Aunque tampoco creas que unos plagios de Lucía Echebarría serían la repera para mí. No, en realidad, (aunque quede mucha tela aun por cortar, porque acabo de abrir el blog), mi meta es que me plagie alguien de Hollywood. No te daré nombres porque tampco quiero abrirte en sólo una mañana mi corazón y, además, ya he escrito demasiado aquí por hoy.
Un saludo muy callejero.
Lola -
Quiero que sepas que a mi me da lo mismo dónde pongas las comas y los acentos, pues aunque el primer día me dejaste algo perpleja, mi afición a tus discursos crece y crece, y los releo varias veces.
No mientas. Te jode bastante que te digan que no se te entiende. O mejor dicho, miente más, mucho más, donde quieras, que allí acudirán a escuchar tus mentiras quienes te echen de menos.
Yo no sé mentir. Lo has adivinado. Mi madre me tiraba de los pelos cuando lo hacía (¡Woody, dónde estás!), así que ya lo sabes, leerás siempre mi verdad.
Me voy a mi diario íntimo, donde nadie me hace llorar.
Te quiere,
Tu otra Lola.
Charada -
Charada -
Mil disculpas, pero el comentario anterior es mío no de Sulola y por error de imprenta se publicó con el nombre de ella, le aviso para que lo sepa, y la otra es que sepa usted que a ella le vendría muy bien que le escribiera un poco con sus ideas. ¡Cuánto lo necesita ella a usted no lo sabe bien!
Tu Lola -
A la bella Lola se ha puesto muy contenta cuando ha sabido que usted la ha llamado 'bella' y que lo hacía desde el infinito de las calles madrileñas. La he visto esta tarde y me lo ha dicho ha estado muy ocupada yendo y viniendo tratando de renovar su pasaporte para viajar por el Manzanares en barco (aunque no lo crea) pero se ha encontrado el extraño problema que no puede renovarlo (?) se lo impiden en la En-tajada, vaya usted a saber qué trucos hay, a lo mejor es que no funciona el tragaperras de donde sacan los susodichos documentos, el caso es que lo tiene muy crudo por lo que ha decidido viajar con el pasaporte de su muñeca que es de otra nacionalidad, porque tiene 9 nacionalidades. A mi se me ha ocurrido que como usted tiene muy buenas ideas quizá se le ocurriera algo, además de decirle qué fecha sería la idónea porque la pobre no tiene ni idea recuérdese que solo ha viajado en globo y se moviliza en patineta como hago yo, pero sobre el agua es difícil movilizarse en patineta por lo que desea que usted le oriente un poco. Y créame que todo es absolutísimamente cierto porque ella nunca miente. ¡Usted no sabe bien cuánto lo necesita! Y yo no sé nada de esos patienetes, y no se cómo consolarla, solo la escucho y me asombro. ¡Ay cuánto se sorprendería si le escuchara lo que a mi me ha dicho! Saludetes.
Lonely Flipidor -
Los maestros ciruelos son una estela mía personal. Su principal característica es que pretenden hacer de una errata mía una prueba acusatoria de mi ignorancia ortográfica, gramátical ...
Al principio les dedicaba cierto tiempo hasta que les ponía en ridículo. Ahora paso.
hasta los hubo que no me dejaban inventar palabras. Algo que me encanta y que las entiende a las mil maravillas todo dios. Así, por ejemplo, se podía decir catalofobia, porque lo dice Carod-Rovira. Si yo hablaba de lo contrario, de la catalomanía, no podía ser, que esa palabra no existía. Y así todo, un coñazo y un eria.
Ahora vengo de leer unas líneas en un blog que hace días que no visitaba. Allí alguna hablaba de "alguno que se cree un genio y no se le entiende nada." "¡Qué fuerte el rollo de los analfabetos!", por supuesto, comenté yo. Pero lo más triste, o nauseabundo, es que hizo la señora ese comentario para darse mucha importancia e intentar hacerse con su cornada un huequecito, porque la tipa no tiene, ni ha tenido nunca, nada que decir. O sea, elige a alguien que ha destacado de forma muy especial (paso de dar detalles, además estoy muy harto) durante el tiempo que participó en el lugar (casi un año), y así la señora se siente por un instante el no va más, el copón. Un momento histórico el suyo, vaya. Y el caso es que ya no me siento provocado. Puede hablar quien quiera todo lo mal que quiera de mí. Incluso alguien lo hará para que vueva. Pero ni de coña. Mi experiencia me ha demostrado hasta la saciedad, por no decir hasta la hartura, que no debo perder ni un instante más en dicho lugar. Sería la estupidez más grande que pudiera hacer en mi vida. Así de sencillo. Y así de claro.
Lonely Flipidor -
Lonely Flipidor
Flipidor -
Heidi -
Aprendí a leer a los tres años, siendo el orgullo de mis padres y abuelos por mi precocidad.
No tengo vocación docente, ni la tendré, pues me ha quedado demostrada mi impaciencia para enseñar a mis hijos ninguna cosa. Ni ciruela, ni maestra.
Me alegro de que hayas acatado la sentencia. Sólo te falta, para ser un ciudadano de pro, abstenerte de utilizar el espacio ajeno.
para conversaciones privadas.
Te escribo desde una posición analógica, en un banco de la plaza de Valle-Suchill, recordando que cuando aún no tenía edad para votar, enamoré con epístolas a un muchacho canario, el cual acabó pidiéndome madrimonio (a pesar de no haber disfrutado de mis artes culinarias, más evolucionadas que las literarias). Se quedó mudo ante mi negativa.
En este momento de mi vida me encuentro practicando las escalas y arpegios de la escritura. Llevo tanto tiempo sin tocar este instrumento que la pluma se me traba, y no consigue interpretar la melodía que tengo en mente. A veces me dan ganas de aplastame los dedos en el teclado, como me espachurraba los dedillos el Padre Carlos si no me había estudiado la partitura.
Cuando haya estudiado lo suficiente, te haré un solo que te vas a cagar en los pantalones, te lo juro.
Heidi fue el último mote que me pusieron antes de perder la inocencia -y otras cosas. Así era yo de niña.
Te necesito, poeta. Ciego y sin olfato. No podría costearme la adicción a tu piel.
Besos conscientes.
P.D. Mis problemas erráticos giran casi siempre en torno a la g y la j: garage, extrangero, geringuilla...
Como nos pille la verdadera Inmaculada, nos va a crujir.
Lonely Flipidor -
Inmaculada Reina -
Petit Garçon -
(susurrando) El Capitán está gagá.
Capitan Hadock -
No despistes con los 62 años. NACISTE en 1962.
¿Aún duermes, gandul?
Capitan Hadock -
No despistes con los 62 años. NACISTE en 1962.
Lola -
Charada -
Y pienso: ¿qué travesuras habréis cometido el día de hoy? ¿Vos que sois tan diligente y respetuoso?. A la media noche me quedo sin red y el día 9 se celebra la carrera de autos y habrá un referéndum para saber si deseamos coches o bicicletas yo prefiero la patineta. Y me encuentro en el dilema de si dejar mi trabajo en el Ministerio y volver a ejercer la abogacía o presentarme a oposiciones a juez. Ya veremos.
Un besiño inofensivo, no vaya a presentarse Sulola y me mande a paseo.
Heidi -
J.C. -
Como se vuelva a repetir lo de hoy, le troleo yo a usted su blog, y se va a enterar.
Heidi -
Louli -
Casualmente pasé este verano por la Tate Modern y me quedé impresionado con una lata de merde de Manzoni, que se exhibía junto al urinario de Duchamp. Su valor me pareció más literario que plástico. No te preocupes por mi forma física. A mis 62 años, con un paseíto semanal hasta El Retiro, tengo suficiente para engrasar las articulaciones. Suyo, siempre.
P.D: Usted tiene 41
Tu Lola -
Pero a ellos les encanta así, no han querido que continúe). Necesito tu imaginación y tus ideas lo sé ¡y estaría tan bien solucionado todo! Pero es que he estado tan preocupada por ti, al ver que no has comido en todo el día hasta la cena en la que te has metido un buen atracón de lo que dejé ahí disimuladamente sin tocar para que pudieras comértelo. Y que no haces ejercicio por estar tan pendiente del hogar me preocupa cuando veo que en todo el día no te alimentas.
Al menos en la cena come verduras, fruta y algún suplemento que te provea de la proteína que no posee la hortaliza cielo, no deseo que te enfermes.
Veo que no puedo apartarme por mucho tiempo. Ahora me doy aun más cuenta, antes estaba cegada y me preocupo aún más. No se si también son tus estrategias para hacerme volver, te conozco ya de hace bastante, son muchos años.
Ahora me marcho que ya vienen con el transporte. Un beso en tus ojitos para aliviarlos del cansancio y si tardo mucho, tampoco te preocupes estoy en el trámite de lo que conllevan los asuntos relacionados que me ayudarán (entre otras cosas) para pagar unas tejas nuevas y conseguir el transporte para llevarlas con todo y mi persona.
P.D. ¡Ah! Por cierto creo que uno de los personajes se parece a ti, pero (no te preocupes que no es el que tiene las influencias de Pollock ni de De Kooning que ya se que no te sentirías muy identificado, un día te gustará verte de esa manera y me amarás aún más como siempre lo he deseado. Aunque los trazos en éste último los ha marcado el subconsciente.
P.D. Ah! Y para lo metetes que leen esto: ¡tush! !tush! y que les den morcilla que ahora estoy más preocupada por ti y por mi Pollockgorkymoholmattabuffetduchampeada obra.
Lola -
Cosas que sé de ti: eres funcionario (tu sí, si no no tendrías tanto tiempo); eres músico; pululas por el barrio de las Letras, y tienes séxtuple personalidad al menos.
No soy inteligente, pues las drogas me atontaron. No escribía nada desde hace 15 años, y por eso no me extiendo. Soy gata (madrileña)y también muerdo a veces en el tobillo. Estoy casada, ya sabes. Y además te voy a revelar mi profesión: directora de arte de revistas, aunque ya no quiero ejercerla nunca más, por severos y continuados ataques a mi ego. Estudié hasta quinto de solfeo y tercero de piano. ¿A quién mataba la curiosidad?
No me acuerdo.
Me voy. Ahora sí, a hacer unos oficios en la calle, pero me temo por mí misma, que volveré.
Un beso.
Blanca -
Más que placer en sus víctimas, lo que usted ocasiona es curiosidad, al fin y al cabo es raro encontrarse un descalificador y enemigo que parezca inteligente.
En todo caso veo que te lo pasas bien escribiendo, seas quién seas detrás de ese seudónimo.
Buen relato Frank Sinatra.
Y, además, admiradoras no te faltan!
La otra -
Heidi -
Que no teman tus extasiadas admiradoras, pues yo habito en las nubes, y no dejaré el cielo por los abismos.
¡Ay, mi Cervantes del improperio, mi Max Estrella!, el caso es que un poco Fausto ya me siento.
Me noto más hirsuta, como trollizándome. Será que me cambié de nombre para no romper mi promesa de estar callada, y también para entrar en la mentira, y que no arañen mi alma las fieras del coso público. Además, así tu Lola será tu única Lola, y dejaremos de marear al visitante.
Lonely Flipidor -
Tu Lola -
En el amor nunca existen sobras así que está claro que el comentarista de más arriba se ha equivocado en su petición y mucho me temo que tal como entró saldrá del blog sin su bagui dogui que aunque la obtuviera no creo que su perro la consumiese, porque seguramente su perro es más noble que su pertrecho corazón. Y en su desorientada petición le aconsejo que la prudencia, la deferencia y el respeto son siempre excelentes compañías para esa soltería que busca llenar.
Y cerrado el telón te comunico mi siempre amado Lonely que ya que eres el titular del blog que no me he enfadado contigo, pero como no has hecho nada al respecto, según pienso que debiera haber sido, he pensado que quizá estés bajo los efectos de alguna acción malévola de espíritus malintencionados que envidiosos hayan decidido interponerse entre nosotros con la finalidad de separarnos. Y para evitar un dolor mayor ante tu involuntaria actitud, que entre otras cosas me ha privado la felicidad de encontrarme unas letras que se correspondiesen con mi última misiva, he decidido retirarme unos días. Decisión que he tomado porque tampoco poseo el talento que los dioses de la escritura han donado a tu dulce y cariñosa mano para poder enlazar de manera idónea lo que expresa la mía, he considerado entonces que eso será lo mejor y más oportuno, aunque siempre me tendrás en las buenas y en las malas, lo has visto con el tiempo. Pero por ningún motivo pienses que se trata de tirar a la basura tu amor porque eso no es un complemento para tan preciado sentimiento. Tendré la paciencia pues, la que sea necesaria, la seguiré teniendo todo el tiempo que se necesite, me llenaré de la máxima requerida como desde entonces, porque mi corazón para ti está hecho en mi palmito pizpireto como le has llamado, solamente para ti. Porque siempre seré tuya en toda la eternidad.
Lonely Flipidor -
Por de pronto, como comprobará, con tanto desdoble, ni siquiera yo me tengo claro si soy yo a ellos, o son ellos, mis personajes, quienes a mí me escriben. Y con lo de las lolas también ando bastante desdoblado, o descuatruplicado, no sé muy bien. No sé si nos corona alguna antigüedad en lo nuestro, pero a veces ciertas remembranzas sobre alguna Anabelie, de era cuando niño en el Reino de los Mares, no le negaré que me nublan el entendimiento.
Por un momento esta tarde pensé que dejaría rodar alguna historia por estos abismos, pero con la pedazo cena que me he metido para el cuerpo -primera y única comida del día- , ahora mismo me voy a hacer sofing con una de Bergman, que a mí también me mola hacer el mamoncete. Y los próximos días habrá excursión y hasta dentro de unos cuantos, me temo, no habrá nueva historia.
Pero sí, por fin tengo un hogar. Lo que nunca me imaginé es que siempre lo hubiese tenido tan cerca. Ha mejorado infinito mi calidad de vida. O un abismo, que viene a ser lo mismo...
Marian -
No voy a confesarle mi amor.
No por no sentirlo que nunca lo sabré y nunca lo sabrá. Es que la competencia es imbatible no sé si entre mujeres previamente zaheridas e irremisiblemente ensimismadas o entre aquellas que han acabado por atemperar sus cabreos. O ambas cosas.
El caso es que colijo que gozan de una cierta antigüedad, que siempre es un grado, y yo sé mucho de eso y lo respeto lo que es, en definitiva, una forma poco vergonzante de decir que no emprendo nunca una batalla que sé de antemano perdida.
Pero vayamos a su crónica.
Empiezo preguntando, (pobre recurso, lo sé, pero siempre socorrido en ausencia de otros).
¿Y a usted que más le dan las conversiones-reconversiones del gentío? ¿por qué eso le irrita, le desazona, le desarbola? A mi me encanta que el personal me sorprenda con ocurrencias inesperadas o esperadas, que en realidad todo depende de la coyuntura cuando no de la coyunda.
Eso sí, indígnese cuanto quiera. Pero no olvide que, muchas veces, la prédica que oye puede que no aspire a ser escuchada por usted.
Y aunque no me ha pedido explicaciones, voy a dárselas, así, de gratis, por si algún día necesito el antecedente.
1º) Le ruego que, entre todas las mujeres extasiadas, perdone mi ausencia. No me excitan ni motivan los enfados de los demás aunque, justo es decir, que no he saboreado uno suyo en presencia y potencia. Digamos que a la hora de los placeres asilvestrados, o sofisticados, me cumplen más mis propios enfados y con absoluta despreocupación de si a alguien sirven también. Usted se preocupa demasiado por los otros En justa reciprocidad nadie me regala nada, con lo que mi fé en la maldad humana se mantiene incólume.
2º) Hace usted una peligrosa confesión Si para defenderse de admiradores precisa un arma o cae sin remedio en la sopa de sus dulzuras es usted un tierno de narices que por mucho que se cabree no da el tipo.
Reconozco que lo intenta y que ha conseguido una envidiable maestría en el insulto o improperio. Pero no se confunda, hay que ser muy sibarita para apreciarlo, y el sibarita no agradece lo que le complace porque solo se complace de si mismo. Le están engañando por ver si decae o se malversa su talento.
3º) Estoy planeando una escapada en día oportuno a su distrito de desplazamientos que, feliz casualidad, no cae lejos de mi cueva.
Creo que, algo inusitado, el fragor de sus perseguidores-seguidores es la única manifestación de índole festivo, lacrimógeno, nacional o regional, que todavía no he disfrutado.
Pero confunde el tiro, es Gallardón, Edil entre los ediles, camuflado de columnilla con floripondio, el que retiene a la Policía Municipal y a la Autonómica, el que los empuja a bramar y babear a su alrededor, no vaya a ser que algún distraído se apresure a cortar la calle, inconsciente del bien que usted hace.
No me verá, no me dejaré ver. Permaneceré, atada a cualquier farola, ¡oh ingenioso Ulises!, para evitarme la posibilidad de ser arrastrada sin remisión por sus cantos de sireno. No me lo puedo permitir.
4º) No me espere tampoco en sus plácidos finales. Jamás pude soportar una partouze. Cierta estoy de que en la melée me puedo encontrar perdida o terriblemente encontrada. Más tiendo a lo recoleto. Tengo mis limitaciones y una reputación.
5º) Puede invitarme, eso sí, a algun despojillo de lo que le sobre de los mafiosos. Me gustan los brillantes que tienen la rara cualidad, en mí, de adormecer cualquier tentación de buena conciencia. Es una sencilla opción para la que estoy dispuesta a proporcionarle mi apartado de correos.
Usted mueve ficha.
Lonely Flipidor -
que seré espectador asiduo de su buen hacer y espectáculo.
Y sí, le confirmo, tal como me ha preguntado o sugerido en su correo, que me siento muy bien y animado al poder estirar las piernas, y patinar por mi teclado, a mi antojo, y a todo trapo, en mi propio blog. Y, por si fuera poco, me siento infinitamente más seguro y tranquilo. Nosotros, y más de tres y cuatro y... visitantes de mis abismos, sabemos demasiado bien de qué hablamos.
Ha rehusado Ud. tener en portada de PD su blog. Este es un detalle o acicate más para mí para no querer perderle de vista.
Un muy cordial saludo.
Israel Nava -
Pero no hay mayor provocación que no caer en las tentación de aquellos que nos "calientan". Templanza.
"Y si no, nos enfadamos", como Bud Spencer y Terence Hill.
Un saludo y enhorabuena por la nueva aventura blogueril. Yo dentro de poco me adentro en otra. Espero que sea espectador.
Rigoletto -
La otra -
Tu Lola (la otra es solo una Lola). -
He estado viendo una y otra vez el video de Roy Orbison y me he emocionado como siempre y luego he visto los otros que supongo que me enviaste tú. No esperaba tus letras tan rápido pude haber sido feliz más temprano ahora se que debo venir antes, aunque mi corazón siempre está preparado. Llegaré antes. He leido que te unes a la Asociación y solicitas la Presidencia estoy a tus órdenes en lo que mandes. Seré más tempranera. Ves que le hice caso a los consejos del zorro y he estado pronto por las mañanas. Recibe un beso muy grande en tus labios que tanto añoro y deseo.
Lola -
Llevo un buen rato sonriendo, muchas gracias. Los anónimos de arriba no son míos ¿O es que hablas con otra Lola?
Y me alegro, no soy celosa.
Me agrada tu nueva prosa, porque dejas vislumbrar algo de lo que llevas dentro. Has asomado la naricilla fuera de tu escondite.
Yo he salido escaldada hoy del blog de Juan Cruz, así que no sé si me atreveré a volver.
¿Somos un troll?
Lonely Flipidor -
Tus generosas efusiones me han encendido el día, y más cosas. Mi único temor o inquietud ahora es que me has puesto, con tus buenas intenciones y esperanzas, el listón bastante endurecido, quiero decir muy alto. Creo que voy a retrasar unos meses más mi cita con el urólogo.
Ya veremos si doy la talla ahora. Seguiré intentando averiguar la combinación secreta que abre los hechizos no menos secretos y ocultos de mi corazón. Pero si me fallase la fórmula o el interés del misterio, estoy dispuesto a hacerme una vivisección en público para atraer a mis hogareños abismos tu palmito pizpireto y tu exquisita morbosidad redentora.
Puede que sólo sea este sol tan lánguido, amembrillado y septembrino de la tarde, pero creo que yo también te amo, y con esa locura tan feroz y sublimada que es propia, y tiene sólo lugar, en las más históricas ocasiones. Hubiese preferido decirte que te amo personalmente, pero ya me lo pisó el Wayoming. Siempre se me adelanta algún fresco.
Creo que voy a tomarme unos días fuera de Internet. Rompo el sitio a mi castillo y a partir de mañana lo más probable es que no salga de las calles de Madrid hasta el fin de semana. Tal vez.
Lo digo, para que sepas, que si mañana no hay visos de mi presencia en este lugar es porque llevo tu imagen siempre conmigo presente en el campo de batalla.
Beso, con toda la carnosidad y calidez de la que soy capaz, los adorados, y no siempre bien ponderados, nudillos de tu mano.
Lonely Flipidor.
La que te ama (espero que seas tú sino a saber a quién diablos le estoy enviando mi amor que es para tí) -
fuese un brazo en torno de tí
que pudiera
consolarte
Desearía que esta poesía
fuese una sala
en donde brillase
un buen fuego
junto al que acurrucarte
Desearía que esto
fuera mucho más
para ti
Desearía que pudieras
gustar de esta poesía
Y entonces, quizá
no llorarías
Henryk Borowsky
Yo de nuevo -
que brotará siempre si miras continuamente ahí
Marco Aurelio
Yo de nuevo -
Otro beso grande que me sale del corazón.
Te amo, bautízame con el nombre que tu quieras -
Me has convencido si te tengo enfrente seguramente te comería a besos.
Te amo. Vendré mañana o más tarde a darte mi e-mail aún no, porque te tengo miedo pero te amo, estás lleno de ternura, eres un hombre muy bueno, por eso te he amado desde que te ví la primera vez. Volveré todos los días, pero debes prometerme que cuando te de mi e-mail me querrás igual porque este juego del "Tom & Jerry" ya no es posible.Un beso grande.
Cardenal Amigo -
Insisto en volverle a aconsejar que tenga mucho cuidado con las corrientes. Con los abismos no hay que fiarse mucho. Extraños vientos traen en ocasiones aun más extraños visitantes.
Un saludito.